Me

Me
.

sábado, 20 de mayo de 2017

Sin título




Y apareciste tú luciendo la armadura que mantiene a salvo de todas tus batallas. Tu porte al caminar, aquel el tono de tu voz me estremecía ,eras versado en las letras; hablabas varias lenguas. Sin duda tú pertenecerías a la"caballería galante". Hombre de noble cuna que, habiendo servido en su primera juventud como paje y escudero, en honor a su ímpetu y esmero, ahora dominabas tú las caballerías del reino. Tenias la fuerza de diez hombres y el corazón tan bondadoso como el de un monje. Siempre quise un caballero,  diestro en las armas y por supuesto en la cama.   Fueron tu valentía, ese coraje y también aquellas heridas, lo que me asombraba, pero sobretodo tu tierna mirada era lo que más me cautivaba. Nos conocimos una tarde,  te encontrabas entretenido con el acto de unos bufones y danzantes, yo era una cortesana, haciéndome pasar por una simple pueblerina, me asomaba curiosa, intentando poder ver el tremendo alboroto  que se armaba en la plaza. Así  fue como viste a aquella jovencita, riéndose sin parar, su rostro se te hacia cálido como el sol, y no la dejabas de contemplar. Sentía que alguien me observaba, entonces  busque entre la multitud aquel voluptuoso cuerpo; pero de inmediato diste vuelta y te alejaste un poco, pretendiendo no estar interesado en seguir mirándome. Horas más tardes volveríamos a coincidir en otro lugar, está vez sin vacilaciones, te me acercaste, galantemente me saludaste, presentándote. - Previamente  una reverencia - y dijiste - Sir Alexander, para servirle. Respondí entonces aquel saludo también con una venia y esbocé una enorme sonrisa,  escuchaste además lo que dije entre dientes: ¿Tú otra vez?, pero luego añadí- Lady  Anne, mucho gusto...Sir. Mi voz se oía temblorosa  puesto que no podía disimular lo guapo que eras...Buenas noches.


No hay comentarios:

Publicar un comentario