Y apareciste tú luciendo la armadura que mantiene a salvo de todas tus batallas. Tu porte al caminar, aquel el tono de tu voz me estremecía ,eras versado en las letras; hablabas varias lenguas. Sin duda tú pertenecerías a la"caballería galante". Hombre de noble cuna que, habiendo servido en su primera juventud como paje y escudero, en honor a su ímpetu y esmero, ahora dominabas tú las caballerías del reino. Tenias la fuerza de diez hombres y el corazón tan bondadoso como el de un monje. Siempre quise un caballero, diestro en las armas y por supuesto en la cama. Fueron tu valentía, ese coraje y también aquellas heridas, lo que me asombraba, pero sobretodo tu tierna mirada era lo que más me cautivaba. Nos conocimos una tarde, te encontrabas entretenido con el acto de unos bufones y danzantes, yo era una cortesana, haciéndome pasar por una simple pueblerina, me asomaba curiosa, intentando poder ver el tremendo alboroto que se armaba en la plaza. Así fue como viste a aquella jovencita, riéndose sin parar, su rostro se te hacia cálido como el sol, y no la dejabas de contemplar. Sentía que alguien me observaba, entonces busque entre la multitud aquel voluptuoso cuerpo; pero de inmediato diste vuelta y te alejaste un poco, pretendiendo no estar interesado en seguir mirándome. Horas más tardes volveríamos a coincidir en otro lugar, está vez sin vacilaciones, te me acercaste, galantemente me saludaste, presentándote. - Previamente una reverencia - y dijiste - Sir Alexander, para servirle. Respondí entonces aquel saludo también con una venia y esbocé una enorme sonrisa, escuchaste además lo que dije entre dientes: ¿Tú otra vez?, pero luego añadí- Lady Anne, mucho gusto...Sir. Mi voz se oía temblorosa puesto que no podía disimular lo guapo que eras...Buenas noches.
Me

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sábado, 20 de mayo de 2017
miércoles, 22 de marzo de 2017
El jardín de las rosas muertas
Mi jardin ha muerto
y con el he muerto yo
sus fúnebres hojas
ardieron bajo el sol.
Lo vi morir lentamente,
arremetieron su cuerpo;
olvidaron los hombres,
que había vida en él.
Mi rosal lo hallé exánime
fracturaron su hermoso cuello
pisotearon su hermosa piel
Se olvidaron que tenia vida
Mi jardín igual que el corazón mío,
no tiene guardián que lo cuide,
nadie quién riegue o cultive;
ninguno ensucia sus manos,
en esta tierra mojada
de tantas lágrimas que derramó.
En el aire las palabras no alimentan...
Mi jardín ha muerto
y con el he muerto yo
sólo queda el vacío
sólo queda tristeza
desde mi balcón
ausencia de vida
que ya no está hoy
Noviembre recibía con entusiasmo
los primeros rayos del verano
los botones se asomaban
yo era feliz contemplando
la timidez con que los pétalos
abrazaban su luz
ya no habrán mariquitas decorando
ni avecillas visitando mi ventana
sólo árida tierra moribunda
esparcidas en el aire
sólo espinas en mi pecho
y un susurro que nadie dice
que el jardín era yo.
Autor: Amarioleta
Versos libres para un poeta muerto
Me reconecto pero siempre termino donde empiezo
Tus palabras susurrándome al oído ...
"Hoy me voy, pero me quedaré contigo siempre"
Tu ausencia llena mis noches insomnes
Te quise muerto y ahora yaces en mi lecho
Atónita
cada vez que evoco brevemente
las paredes recientemente decoradas
salpicadas con corpúsculos diminutos
casi imperceptibles
ese olor nauseabundo cuando se asoma ella...
no la he invitado, pero tu si.
Tus promesas me las fumo
y como queriendo olvidar todo
me "hago un puño" o "escavo la fosa"
vienen y van tus recuerdos
acompañados espasmos más duraderos
Me miras fijamente a los ojos
insinuándome un "Te lo advertí"
pero no logras asustarme.
Entierro mis ojos en el techo
ya no te escucho
pero te siento a mi lado
como el fantasma que siempre soñaste ser
sin que nadie advierta tu presencia
sólo yo
me observas,
¿me notas extrañada o afligida?
He terminado.
Nadie es dueño del otro
Ame tu libertad hasta el último instante
Odie tu cobardía de la misma forma
y aquí estoy
absorta en comprender
lo que es la vida
queriendo entender si es esto
una preparación para lo que se viene.
Estás y no estás
Te vas y te quedas
como aquí en mis entrañas
donde algo nuevo surgió
un ser al que nunca podrás retener
viviré para contarle tus hazañas, tus bajezas, tus penurias y tristezas
quizás sólo ella te llegue a recordar
" Había una vez ...un Poeta Muerto"
Autor: Amarioleta
PD: Dedicado para C. D.
martes, 14 de marzo de 2017
CONTRACORRIENTE
ya no sé que pensar
ni que decir
ni que movimiento hacer
me siento asustada
no lo veía venir
tu tan serio y reservado
yo tan distraída e ingenua
ahora que sé un poco más de tu historia
me avergüenzo de no ser tan brillante
mi inexperiencia me hace torpe
Hay una lucha dentro
entre mi deseo de ser tuya
y la esperanza de ser feliz
yo se que tu enamorarías a cualquiera
ya deben de ser muchas
historias
damiselas
noches
prosas
pero no soy cualquiera
quiero ser la única
y no quiero ser a la vez
sólo quiero ser
Maldita sea
ya tengo suficientes
cicatrices, retortijones y
dolores de cabeza
como para soportar
ademas
esta angustia
pero sé que te quiero
Nado siempre a contracorriente
huyo de mi destino
primer instinto
porque lo que escribo no es lo que quiero
porque lo que quiero mejor te lo te lo escribo
bésame infinitamente
cálmame por siempre
robate la poca vida
que ya me queda
pronto termina ya esta agonía.
Autor: Amarioleta
lunes, 13 de marzo de 2017
SUSPIROS
Y entonces reviví
Tus besos despertaron
emociones durmientes por años
Sentí que mis pies dejaban de tocar el suelo,
eras tu llevándome sobre tus brazos
Cerré los ojos
y me repetía una y otra vez:
confía esta vez, vuelvete a ilusionar...
me confesaste
que durante todo este tiempo
me amaste en secreto;
es tan hermoso poder saber
que eres correspondido
me sentía tan pero tan feliz...
Y derrepente desperté me hacia tarde para ir a trabajar
Y derrepente desperté me hacia tarde para ir a trabajar
Fin
Autor: Amariolet
Autor: Amariolet
jueves, 2 de marzo de 2017
El amor en los tiempos del residentado
Aglaya Ivánovna Yepanchiná.Hija de la noble familia del general Yepanchín, ama al príncipe Myshkin, como podemos ver, por ejemplo, cuando le dedica el poema de El Pobre Caballero
El caballero pobre
Era un caballero pobre,
entero, probo y valiente,
de rostro exangüe y sombrío,
taciturno e inocente.
Captado había una imagen
superior a su razón,
y esa imagen luminosa
se imprimió en su corazón.
Y ya con alma ferviente
nunca miró a otra mujer,
y prometió hasta la tumba
sólo a esa imagen querer.
A su cuello, en vez de chal,
largo rosario anudó,
y ante nadie la visera
del yelmo jamás alzó.
Rebosante de amor puro
y sin cejar en su fe
con su sangre en la tizona
esto escribió: A.M.D.
En tierras de Palestina,
entre rocas abrasadas,
los cruzados invocaban
a sus lejanas amadas.
"Lumen coeli, sancta Rosa!"
fiero y ardiente gritaba,
y cual rayo vengador
muchos muslimes mataba.
De regreso en su castillo
triste y aflicto vivió,
y encerrado entre sus muros
como un demente murió.
AUTOR: Aleksandr Pushkin
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